Hoy santiago me hizo pensar,
Con su gente que viene y va,
Con sueños y promesas
De una sociedad irreal.
Solo me bastó con mirar,
Abrir los ojos al caminar.
Escuchar pasos perdidos
De
Un personaje singular,
Despertó mi curiosidad,
Hay tristeza en su mirada
Y un particular andar.
Quien conoce sus penas
Sus sueños o alegrías.
¿Acaso saben su nombre?
¿O si llora todos días?
La rudeza de sus manos
Y la calidez de su ser,
Se pierden entre los tachos,
Donde no hay para comer.
Se acerca a la gente,
Buscando a su familia.
Pero encuentra rechazos
E insultos todos los días.
Pedí sueños a un mendigo,
Robé un minuto de su vida,
Solo por devolver en cuotas,
aquella juventud perdida.
Gonzalo Ledesma
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